Seguimos aún, con la mente en las vacaciones. Y es que cuesta desprenderse, y aterrizar de nuevo al trabajo! Por eso hoy, os hablaremos de otra cosa que nos hemos encontrado en alguna de nuestras escapadas, este pasado agosto.
Continuando con el hilo del anterior post, donde os hablamos de decoración urbana, hoy nos centraremos en la decoración rústica típica en las calles de pueblos y pequeñas aldeas.
A muchos de nosotros, urbanitas de nacimiento, parece que nos cuesta cuidar las plantas y flores, que intentamos hacer crecer en nuestros balcones o pequeñas terrazas. Sin embargo, parece que la cosa se simplifica cuando nos vamos a zonas de aire más puro. Como estas preciosas entradas y porches de pequeños pueblos rurales del pirineo.
Realmente, nos dan una magnífica bienvenida, nos hacen quedarnos, durante unos segundos, embobados, nos hace soñar lo tranquilo y bonito que sería pasar una temporada perdidos en uno de estos parajes.
El arte y las ganas con la que sus dueños cuidan sus hogares, y dan un toque de vida a sus casas. Algo que podríamos llamar decoración viva o natural, similar a aquello que no hace mucho, llamamos arte vivo.
Por eso hoy, con un trozo de nuestra mente, la más soñadora, aún de vacaciones, lo dedicamos a estos pequeños rincones.
Y es que, en estos viajes, los únicos que los pasan mal, son nuestros pequeños protagonistas… largo y agónico viaje
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Aunque mereció la pena, ellos también merecen respirar un poco de aire puro…
Para las entradas, porches y balcones rústicos, unas bonitas flores. Y si quieres decorar el interior de tu casa… te invitamos a pasear por nuestra tienda de decoración online.
Nosotros, seguiremos soñando un poco más, este lluvioso domingo. Por que, ¿a cuantos de vosotros os quedan todavía días de vacaciones para gastar?
Imágenes:
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Me recuerda mucho a la casa de mis abuelos donde pasaba los veranos.